(Estudio de Pastores)
Siendo  ministros de Dios, en los diferentes ministerios: Apóstoles, Profetas,  Evangelistas, Pastores y Maestros, a veces entramos a batallar en contra  del enemigo de nuestra alma y de pronto nos encontramos en situaciones  que muchas veces no comprendemos, porque quizá desconocemos respecto al  espíritu de contragolpe que existe en las tinieblas. 
Cuando  nos enfocamos en lo que se conoce como guerra espiritual, parecería que  le estuviéramos dando demasiada importancia al reino de las tinieblas y  no al reino de los cielos; sin embargo debemos comprender que para  poder tener la victoria deseada en la obra que Dios nos ha encomendado,  es necesario que aprendamos la forma en la que el enemigo opera para que  no seamos sorprendidos en ningún momento; porque no basta con la  impartición de unción de guerra espiritual, sino que, requiere una  especie de entrenamiento. La impartición por sí sola, no completa la  tarea; es necesario el entrenamiento y la mejor forma de aprender guerra  espiritual, es estudiando las escrituras porque es nuestro manual de  estrategia en todo momento. Muchas veces viendo las fallas que tuvieron  los hombres de Dios, la parte disfuncional de estos personajes, nos  puede ayudar bastante, pero también podemos ver cómo se levantaron de  situaciones difíciles, cómo combatieron las fuerzas enemigas y de qué  forma Dios se glorificó en sus vidas. De manera que no hay otra mejor  forma de aprender guerra espiritual que estudiando a profundidad la  Biblia.
Es  nuestro deseo, compartir la forma de cómo es que Dios ha estado  mostrándonos a través de Su revelación, la forma en que debemos  enfrentar a los enemigos espirituales, porque cuando no tenemos el  conocimiento adecuado, regularmente somos trasladados a situaciones  difíciles y terminamos preguntándonos el por qué somos alcanzados tanto  en la parte personal como en lo material; porque desconocíamos la  existencia del espíritu de contragolpe y para que no tengamos ese tipo  de ataques, lo que procede es que después de cada guerra espiritual en  la que Dios nos levante a batallar, debemos renunciar a todo espíritu de  contragolpe, lo cual no es lo mismo que el espíritu de venganza; porque  la venga toma tiempo, siendo una de sus estrategias, que la persona  pueda olvidar y se descuide para que el espíritu de venganza pueda  aventajar a cualquiera y entonces alcance su propósito. Pero cuando  viene el espíritu de contragolpe, es un ataque inmediato después que  hemos tenido una victoria sobre nuestros enemigos en el mundo de las  tinieblas.
Y  Acab le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho y cómo había  matado a espada a todos los profetas. Entonces Jezabel envió un  mensajero a Elías, diciendo: Así me hagan los dioses y aun me añadan, si  mañana a estas horas yo no he puesto tu vida como la vida de uno de  ellos. (1 Reyes 19:1-2 LBLA)
Esta  es una de las guerras más fuertes que libró el profeta Elías; sin  embargo, con el mensaje que le envió Jezabel; ella misma se estaba  condenando, porque la palabra: dioses, se puede interpretar como  demonios; o sea, Jezabel estaba retando a los demonios diciéndoles que  si ella perdía en lo que estaba apostando; el ataque de las tinieblas,  fuera para ella. Lamentablemente, a veces hacemos cosas que no sabemos  que en algún momento nos puede rebotar un contragolpe.
Es  interesante que en el mismo mundo secular que vivimos, las noticias  estén hablándonos de lo que otros ministros están experimentando y lo  lamentable es que no solamente los noticieros seculares se prestan para  levantarse en contra de ellos, sino que, también los medios de  comunicación cristianos, se prestan al ataque del diablo, en difundir  ese tipo de situaciones; sin tomar en cuenta lo que en algún momento,  pudieron haber hecho del lado positivo. No estamos tratando de solapar  el pecado que haya cometido alguno; pero tampoco vamos a contribuir en  destruirlo. Pero el punto es que recientemente un ministro, fue acusado  de homosexualismo por cuatro personas; después que durante muchos años,  fue alguien con un poder de convocatoria, que cuando hacía eventos  masivos, el pueblo respondía a su llamado, hacía caminatas declarando  guerra espiritual; lo lamentable es que después, venía en contra de él,  un espíritu de contragolpe, como el que lo está atacándolo esta vez.
El  punto es que nosotros también somos ministros de Dios y debemos  cuidarnos de lo que las tinieblas puedan hacer en contra nuestra.  Continuemos viendo la vida del profeta Elías; vemos que después de haber  decretado sequedad sobre la tierra, provoca que la tierra no produjera  ni los profetas que se sentaban a la mesa de Jezabel, tuvieran su  alimento; lo cual lo podemos considerar como un tipo de guerra  espiritual. Sin embargo, vemos también que en medio de la guerra  espiritual que él había provocado, también padece hambre. Después vemos  que invocando el nombre del Señor, hace que caiga fuego y que la ofrenda  que él estaba ofreciendo a Dios, el fuego la consumiera y por último,  destruye a los profetas. Pero cuando Jezabel se entera de lo que Elías  había provocado, le envía un contragolpe.
Cuando  estudiamos qué fue lo que sucedió en todo el capítulo que describimos,  podemos ver que Elías anduvo vagabundeando por el desierto y finalmente  llega a un lugar para esconderse por las amenazas que recibió por parte  de Jezabel; el mismo profeta que decreta sequía, hace descender fuego y  mata a los profetas de Jezabel, ahora estaba atemorizado por la amenaza  de ella. Elías en esta oportunidad, es figura de nuestra persona, en el  sentido que constantemente estamos enfocándonos en hacer la obra de  Dios, pero batallando en lo exterior y nos olvidamos de las batallas  internas las cuales son el factor, para que una amenaza de contragolpe,  pueda producir el efecto que pretende un enemigo. El factor que llevó a  Elías a esconderse, fue una batalla que llevó en el interior y que se  había descuidado en eliminarla; eso significa que el enemigo, lo que  utilizará en el contragolpe, es lo que llevamos en nuestra alma.
Siendo  ministros primarios, debemos poner mucha atención a nuestras batallas  interiores porque en la medida que despojamos al enemigo, él levantará  un contragolpe para destruirnos. Cuando vemos en los diccionarios  seculares, acerca de la palabra contragolpe, nos encontramos que es una  reacción violenta que viene en contra de... el enemigo lo que tratará  hacer es recuperar lo que se le despojó. Por eso fue que Jezabel, iba  detrás de recuperar lo que Elías había destruido; Jezabel se había  quedado sin voz y en toda la región se decía que Jehová de los ejércitos  tenía un profeta que hacia descender fuego. Elías había desgastado a  Jezabel y la desacreditado en su tierra; lo que provocó que Jezabel  quisiera destruirlo.
Es  por eso que nosotros como ministros primarios, debemos saber que en  cada oportunidad que se nos presenta acerca de un cambio de dimensión,  también encontraremos enemigos que serán más fuertes. Un nuevo nivel  implica que nos cambiarán de diablo por uno más fuerte, quizá no  pelearemos con una hueste solamente, sino que, pueden enviarnos  personajes de rangos que quizá ni lo imaginamos. El hecho que nosotros  optemos a nuevos niveles de dimensión espiritual, es porque Dios conoce  nuestro corazón y es ahí donde El decide cambiarnos de dimensión; pero  en esos nuevos niveles también nos encontraremos potestades más fuertes,  quizá a un principado. Por eso es importante que estemos en una  comunión perfecta con Dios y estar prestos a escuchar la voz del  Espíritu Santo en todo momento; porque en estos últimos días se  requerirá, de una dependencia total del Espíritu Santo para obtener las  victorias sobre las tinieblas.
Debemos  comprender que por más espirituales que seamos, no dejaremos de sufrir  algún tipo de problemas, porque como ya lo mencionamos, siendo  espirituales, ascenderemos de dimensión, pero del lado de las tinieblas,  también nos asignaran nuevos y más fuertes enemigos. Elías siendo  espiritual, levantó altares con doce piedras, una por cada una de las  tribus; pero esas doce piedras, también pueden significar doce áreas que  debía rendir, porque si recordamos los nombres de las doce piedras,  podemos ver que una piedra se llamó Rubén, Leví, Simeón, etc., si una  piedra se llamó Rubén, debemos recordar que Jacob le dijo que él era  incontrolable, tenía problemas sexuales. Entonces Elías lo que hizo fue  que al poner esa piedra, estaba deponiendo esa área de su vida y de esa  forma cada una de las áreas; también podemos darle una interpretación a  la zanja que hizo, lo cual era la separación que tenía del mundo; el  profeta Elías era un hombre espiritual, sin embargo dice la Biblia que  era también un hombre sujeto a pasiones:
Elías  era un hombre de pasiones semejantes a las nuestras, y oró  fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra por  tres años y seis meses. (Santiago 5:17 LBLA)
La  palabra pasiones, se refiere en el idioma hebreo a sufrimientos como  cualquier ministro de Dios quien para hacer la obra, de pronto enfrenta  obstáculos; la palabra: pasiones, no se refiere de tipo sexual como se  podría interpretar a simple vista. Entonces, examinar al profeta Elías  en la magnitud del problema por el cual se enfrentaba, era un problema  mayormente en su interior que externamente.
El  tuvo miedo, y se levantó y se fue para salvar su vida; y vino a  Beerseba de Judá y dejó allí a su criado. El anduvo por el desierto un  día de camino, y vino y se sentó bajo un enebro; pidió morirse y dijo:  Basta ya, SEÑOR, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres. (1  Reyes 19:3-4 LBLA)
Es  interesantemente, cuando estudiamos al profeta Elías, vemos que habla  de: padres, sin embargo no se mencionan en ningún libro de la Biblia; le  decían Elías tisbita, pero también nos encontramos que no existe ningún  lugar geográfico al que se refiera el lugar de origen de tisbita, ni  buscando en mapas antiguos de Israel, sin embargo, cuando se estudia esa  palabra, podemos ver que proviene de una raíz hebrea que significa:  hueste; diríamos entonces que Elías formaba parte de una hueste de Dios y  es por eso quizá que Elías tenía una forma muy particular de moverse;  el espíritu lo movía de un lugar a otro: no era normal su movimiento.  Sin embargo, al llegar al aspecto humano, la Biblia deja ver la faceta  de debilidad de Elías, tenía áreas conflictivas en su alma que no había  depuesto ante Dios.
La  batalla interior de Elías fue: no ser mejor que sus padres; si sus  padres tuvieron determinados problemas y de pronto él estaba  confrontando con lo que había visto en su casa siendo niño; la amenaza  de Jezabel, lo hizo recordar su niñez y olvidó el manto profético que  Dios le había entregado. Como ministros de Dios; lo que deseamos en esta  oportunidad es que todo sea depuesto ante la presencia de Dios; si  llevamos algún conflicto en nuestra alma; que aprendamos a resolverlo en  el nombre de Jesús, basados en el llamamiento de guerra espiritual que  Dios nos ha hecho y que logremos elevar nuestro nivel de sinceridad  delante de El para que el enemigo no logre tomar ventaja sobre nuestra  vida y ministerio.
En  el capítulo 17, del primero libro de Reyes; vemos que Dios le habla a  Elías diciéndole que se vaya al arroyo de Querit y Dios había decretado  que los cuervos le llevaran comida; aunque al ver ese versículo en forma  literal; debemos recordar que los cuerpos eran animales inmundos y se  alimentaban de carroña; entonces no era el platillo favorito de Elías el  que llevaban. Lo que Dios desea que veamos en ese ejemplo, es que el  problema principal de Elías era que se había estado alimentando con  carroña del pasado, como lamentablemente sucede en la vida de muchos  ministros; Dios desea llevarlos a otros niveles, pero mientras no sale a  luz que se están alimentándose con la carroña de su pasado, seguirán  batallando solos y padeciendo cualquier situación porque prefieren salir  vencedores algunas veces en las batallas externas y ocultar las  batallas internas; a presentarse delante de Dios en una completa  ministración del alma para ser purificados.
Volviendo  a la vida de Elías; vemos que Dios le cambia la dieta, de comida de  cuervos, por la comida de una viuda; después no lo sigue alimentando la  viuda, sino que, es un ángel el que le prepara su comida. Lo interesante  de este último punto, es que cuando investigamos a este respecto, vemos  que el ángel había cocinado sobre una piedra de las que él había  utilizado para levantar su altar; el ángel le llevó la piedra del área  que no había logrado sojuzgar, para que no siguiera alimentándose con  aquello que le había hecho tanto daño y que cambiara su dieta por comida  de poderosos; dicho en otras palabras, cuando nos van a cambiar de  dimensión, igualmente nos cambian la dieta espiritual nos están  ministrando para evitar los contragolpes.
Nosotros  como ministros de Dios, podemos caer en rutinas espirituales, es lo  mismo que le había sucedido a Elías, había levantado un altar con las  doce piedras pero no sabía qué área era la que no había entregado a  Dios. Nosotros debemos llegar al altar de Dios pero buscando tener una  verdadera comunión con El y dejar cualquier acto religioso que nos esté  impidiendo ser purificados en nuestra alma. Examinar nuestra vida es  algo muy profundo que debemos hacer delante de Dios, porque ni nuestro  cónyuge puede discernir qué es lo que nos puede estar afectando.  Solamente Dios conoce nuestra levantar y nuestro acostar, por eso  debemos presentarnos delante de El y poner a sus pies aquello que hemos  llevado en nuestra alma y quizá por vergüenza no lo hemos podido  exteriorizar, pero entre más tiempo nos lleve eliminarlo de nuestra  alma, más impedirá nuestro desarrollo ministerial con toda la libertad  que Dios desea en nuestra vida.
Entonces  la tarea apostólica de esta oportunidad es que todos podamos remover  aquello que es estorbo: la duda, la falta de fe, no comprender la  palabra, tener problemas para retener palabra; detalles que si lo vemos  desde el punto de vista como ministros, son herramientas que necesitamos  para el buen ejercicio ministerial; y si no lo confesamos, no podremos  alcanzar aquello para lo cual fuimos alcanzados. Los golpes que le  dieron a Jesús en la cabeza, no fueron producto de golpear a una persona  en forma enceguecida, sino que, el ejército romano, sabía cómo golpear  para romperle las neuronas a Jesús, para sacarle información relacionada  con la profecía que se hablaba en el antiguo pacto respecto a que  debería llegar a la cruz del calvario. De manera que los golpes que  recibimos en algún momento de nuestra niñez, son golpes que nuestros  padres, en una actitud quizá de ignorancia, sumándole todas las palabras  que pronunciaron en contra nuestra; nos pudieron llevar a limitaciones  que hoy podemos estar atravesando, y seguirán hasta que sean removidos  de nuestra vida en el nombre de Jesús y hasta entonces podremos  desarrollarnos eficientemente sin que haya ningún contragolpe en nuestra  vida.
Otro  punto que debemos analizar, es el hecho de vivir oprimido; porque es  igual situación, que un demonio haya poseído a una persona, porque la  opresión se mantiene y por momentos se detiene pero vuelve a proyectarse  y quizá más fuerte que otras veces. De aquí lo que necesitamos  comprender es que el mundo de las tinieblas existe y tiene estrategas  para llevar a cabo sus peores ataques a nuestra vida. La versión de la  Biblia Amplificada, tradujo la cita de Efesios 6:12 de la siguiente  forma:
Porque  nosotros no tenemos lucha contra carne ni sangre, sino, contra maestros  y expertos en guerra espiritual... (Efesios 6:12 AMP)
Los  demonios no son ignorantes, ellos tienen mucho conocimiento de la forma  de cómo pueden atacarnos, aun a los ministros de Dios. Por esa razón es  que no se trata solamente de la impartición, sino que, debemos recibir  un entrenamiento y ambos viene a conformar un balance para saber qué  hacer y qué no hacer en la guerra espiritual, por ejemplo: no debemos  salir a la guerra espiritual, sin comunicárselo a nuestra cobertura  ministerial; porque nuestra cobertura podrá discernir si nos corresponde  a nosotros pelear una batalla; porque habrá batallas que no podremos  ganarlas, aunque estemos muy consagrados y ungidos; porque en ocasiones,  se presentará la oportunidad de librar batallas a un nivel superior al  nuestro, o sea, batallas a nivel de un padre espiritual, por ejemplo:
Vemos  que Abraham caminó a ofrecer en sacrificio a Isaac; pero cuando lo pone  en altar, se escucha una voz diciéndole que se detuviera, porque eso  había servido de prueba para confirmar que él temía a Jehová Dios. El  ángel que le habló, representó la voz de Dios. Ese fue un evento en el  que interviene la voz de Dios Padre con Abraham, el padre de Isaac; pero  después de eso vemos que a las espaldas de Abraham, ven a un carnero,  el cual es el padre del cordero. El punto es que intervinieron tres  padres en una batalla espiritual.
Posteriormente  en el nuevo testamento, vemos a Jesús acompañado de Pedro, Juan y  Jacobo; pero ellos no subieron al monte, porque en el monte se  encontrarían: Moisés, el padre de la ley; Elías, el padre profético y  Jesús, el padre apostólico; porque le llamaba a sus apóstoles: hijitos.  Es por eso que si reconocemos padre espiritual, tendremos bendiciones  incomprensibles porque bastará con el decreto que ellos emitan para  derribar los estorbos del enemigo.
Otro  de los principio en guerra espiritual, es que no debemos emprender una  batalla si no tenemos el entrenamiento adecuado porque para batalla  espiritual no existen métodos; el diablo no respeta métodos; la guerra  espiritual tiene que ser por guianza espiritual, pero para eso, es  necesario el entrenamiento. Jesús no envió a sus discípulos a echar  fuera demonios, sin antes haberlos entrenado por tres años y medio.  Nadie sabía de los espíritus inmundos hasta que llegó Jesús a  enseñarles:
Cuando  el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando  descanso y no lo halla. Entonces dice: "Volveré a mi casa de donde  salí"; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. Va  entonces, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y  entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que  el primero. Así será también con esta generación perversa. (Mateo  12:43-45 LBLA)
Nadie  sabía que cualquiera podía tener espíritus inmundos escondidos y pasar  por desapercibido porque el espíritu inmundo podía estar en reposo, o  sea, no se manifestará hasta que llegue alguien poderoso, rompa con el  reposo y los eche fuera del cuerpo donde se han alojado. Otro punto que  debemos hacer notar es que los espíritus inmundos, son incomodados por  el agua, figura de la palabra de Dios; los espíritus inmundos buscan  lugares desérticos donde no habita la presencia de Dios.
Pero  nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes  si primero no lo ata; entonces podrá saquear su casa. (Marcos 3:27 LBLA)
La  palabra: hombre, los traductores de la Biblia la escribieron en forma  cursiva, porque no existe en el escrito original. Entonces, para poder  atar a un fuerte, debe llegar otro que sea más fuerte para poderlo  batallar.
Otro  punto que debemos saber es que en al referirnos como: fuerte; está  refiriéndose a una persona fuerte en Dios, que su nivel de  espiritualidad no sea doblegado ante los ataques del enemigo. De tal  manera que no se trata solamente de un hombre, porque puede ser que una  mujer sea más fuerte en Dios, que un hombre y que por ella sean  sostenidas las batallas espirituales sin que los espíritus inmundos  logren su propósito. Es interesante que Jesús explicó este asunto,  respecto a la batalla espiritual, posiblemente porque los fariseos de  aquel entonces cuestionaban el por qué echaba fuera demonios; le habían  atribuido que lo hacía por Beelzebú; de otra manera quizá Jesús no  hubiera explicado la razón, porque un sacerdote en guerra espiritual,  siempre guarda secretos que lo pueden hacer fuerte en Dios. Por eso fue  que Jesús les vuelve a decir:
Y  los escribas que habían descendido de Jerusalén decían: Tiene a  Beelzebú; y: Expulsa los demonios por el príncipe de los demonios. Y  llamándolos junto a sí, les hablaba en parábolas: ¿Cómo puede Satanás  expulsar a Satanás? Y si un reino está dividido contra sí mismo, ese  reino no puede perdurar. (Marcos 3:22-24 LBLA)
Los  demonios permanecen unidos, hasta que uno de ellos se ve que está  vencido, entonces traiciona a los que aun pueden estar en un cuerpo,  como le sucedió al gadareno, una vez que los demonios se sintieron  vencidos, dijeron que eran muchos y que por favor no los enviara al  abismo; notemos que ante la confrontación que les hace nuestro Señor  Jesucristo, se manifestaron como una legión.
Porque  Jesús le decía: Sal del hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo  te llamas? Y él le dijo: Me llamo Legión, porque somos muchos. (Marcos  5:8-9 LBLA)
Notemos  que el Señor le preguntó en forma singular, y el demonio respondió en  plural; porque se sintió amenazado y delató a los demás que estaban con  él; pero mientras un espíritu inmundo se siente fortalecido, permanece  unido a los demás igual que él.
El  tiempo es final y debemos exponer cualquier situación que esté en  nuestra alma, por la cual no estemos caminando en niveles de pureza que  Dios desea vernos. No debemos darle oportunidad al enemigo en ningún  momento y si se trata de humillarnos delante de Dios; debemos hacerlo  hoy mismo sin esperar ver qué artimaña pueda estarse confabulando en las  tinieblas. Nuestra comunión con Dios debe ser completa para que seamos  fortalecidos en todo momento.
