Marco Barrientos - El Poder de la Gratitud
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LA RAZON DE LA CELEBRACION
Ya se acerca la Navidad y nos preparamos para la celebración. ¿Quién no disfruta de los días con la familia y amigos, de la casa llena de adornos navideños, del gusto de preparar (y comer) platillos típicos de la temporada, y de la emoción de dar y recibir regalos?
Sin embargo, esta temporada también puede ser un tiempo de muchas presiones y estrés. Basta con dar una vuelta por los supermercados y centros comerciales para encontrarnos con un gentío, que al igual que nosotros, invierte tiempo y dinero en esos lugares, esforzándose por conseguir los mejores regalos y todo lo necesario para la preparación de las fiestas navideñas.
Y precisamente ahí esta el desafío.
En nuestro afán por disfrutar estas fiestas y quedar bien con los regalos que damos, podemos llegar a olvidarnos de la naturaleza misma de lo que estamos festejando, y perder de vista la verdadera razón de la celebración.
Para los que amamos a Jesús, celebrar la Navidad es mucho más que una temporada de fiestas, comida y regalos. Es un tiempo para hacer a un lado nuestros afanes diarios, y reconocer y apreciar a Aquel que lo dio todo por nosotros.
Es un tiempo para valorar a los que están cerca de nosotros, en nuestra familia y en nuestra congregación. Pero sobre todo, es un tiempo para dar gracias por el regalo mas precioso que hemos recibido: ¡el perdón de nuestros pecados por la buena voluntad de Dios en Jesucristo! .
La Navidad es celebrar a Jesús. Él es el festejado, pero también el regalo. Él es el Rey, pero también el Primogénito entre muchos hermanos. Él es Dios que habita en la Majestad de las Alturas, pero también Emanuel, ¡Dios con nosotros!
Este es un tiempo de gracia. El nacimiento de Jesús trajo luz a nuestra oscuridad, y el recordarlo nos llena de esperanza, pues "el que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo"
Esta temporada toma tiempo para dar gracias, para expresar aprecio hacia tu familia y amigos, y para compartir con los que no tienen. Da con generosidad y recibe con gratitud. ¡Ese es el corazón de la Navidad!