Rodolfo Mendoza - Sonriendole A La Gracia
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15:43:00
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Somos lo que pensamos y vemos lo que deseamos ver. Descubre la sonrisa de Dios en cada detalle y vive feliz.
Una fábrica de zapatos envió a dos vendedores a un lugar muy lejano. Uno escribió: “esto es un total fracaso, aquí nadie usa zapatos”, mientras el otro escribió: “esto es un total éxito, aquí todos necesitan zapatos”. Cualquier situación puede ser de bendición pero depende de tu punto de vista. Vemos lo que deseamos ver. El mismo hecho puede ser interpretado como una oportunidad de crecimiento o de fracaso y la posibilidad de tener más o de perderlo todo. La vida es lo que quieres que sea.
Tito 1: 15 afirma: Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.
La mente pura ve pureza donde sea. Todo es bueno si mi mente es buena, pero todo será malo si tengo un mal corazón. Uno juzga de acuerdo a lo que quiere ver y tiene dentro. Si quieres conocer a alguien, escucha lo que habla porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Conozco personas a quienes les parece buena cualquier circunstancia y siempre ven el lado agradable de la vida. Por el contrario, otros ven sólo el lado crítico. La buena noticia es que puedes transformar tu mente y aprender a ser positivo. Hay personas que a pesar de ser muy religiosas, parece que quieren ver al diablo en cada situación. Si se mueven las láminas de la casa o se desinfla una llanta es el diablo quien se manifiesta.
Cuando una puerta se somata es mejor pensar que es un ángel y no un demonio. Los pasos que se escuchan pueden ser del Señor. Los mismos discípulos en la barca confundieron a Jesús con un fantasma. Dios no se hace visible con más frecuencia ante tus ojos porque lo confundirías con un demonio. Seguro que al ver la vara de Moisés convertirse en serpiente lo hubieran condenado por hechicero, así como piensan que un número 666 es del anticristo, aunque sea el teléfono de un amigo. La gente está acostumbrada a pensar lo malo y no pueden ver algo sobrenatural como bueno. Cambia tu mentalidad y aprende a ver el bien detrás de cada cosa.
Hace poco vi unas fotografías en internet que me hicieron pensar. Son más de 20,000 imágenes de caras sonrientes que se pueden descubrir en los sitios más insólitos y nos hacen notar que podemos descubrir la sonrisa de Dios en la comida, la ropa y el carro, en la oficina, en lo que escuchas y en el lugar menos pensado. Hasta en tus peores momentos puedes sonreír porque Dios está contigo siempre. Luego de ver estas fotografías, empecé a ver sonrisas en todo lugar porque mi mente ya buscaba una sonrisa donde antes no la había buscado. El que busca encuentra y puedes encontrar alegría y la gracia de Dios en cualquier sitio. Evita ser de las personas que se esfuerzan por encontrar lo malo incluso donde hay cosas buenas.
La versión de la Biblia al Día dice: El que es puro de verdad, todo lo ve bueno y puro pero los que tienen el corazón podrido y lleno de incredulidad, lo ven todo malo porque su mente y su conciencia corrompida desfiguran lo que ven. No desfigures lo que ves.
Todo lo bueno es testimonio del Señor
Hechos 14: 17 recuerda: si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.
El apóstol Pablo le hablaba a un pueblo incrédulo. La Biblia dice que el Señor da testimonio de Él en cada detalle de la creación. Los cielos cuentan Su gloria y la creación canta sobre Sus maravillas. Encontrarás Su gracia sólo si la buscas a cada momento. El sol, el viento y la lluvia son una prueba de que Él existe y está con nosotros pero como todo esto es tan común ya no lo notamos ni se lo atribuimos a Dios. Incluso el plato de comida que tenemos frente a nosotros da testimonio de nuestro Padre y es un mensaje del amor y cuidado que tiene de cada uno. La alegría de tu corazón también es reflejo de la presencia de Dios. Una noche que leí un divertido artículo sobre deportes y me reí hasta las lágrimas, agradecí al Señor por darme esos momentos alegres. Lo mismo hice cuando tuve por primera vez entre mis brazos a cada una de mis hijos recién nacidos. Descubramos que los buenos momentos vienen de Dios y démosle gracias porque con ellos nos demuestra Su amor y deseo por vernos contentos.
Dejemos de atribuirle cosas como la muerte que no vienen de Su mano. Él murió para darnos vida eterna, pero cuando alguien muere se dice que “Dios se lo llevó” y cuando alguien nace no dicen que Él lo envió. Nuestra mente se empeña en verlo donde no está y no lo busca donde sí está. Todos se preguntan la razón de la muerte pero no la razón de la vida porque es tan común que ya no la agradeces. Cierta vez vi a unos niños recibiendo regalos de navidad. Eran tantos regalos que ya no se entusiasmaban por abrirlos y antes de agradecer por los que recibieron, se interesaban por los de otro niño. Yo me pregunté por qué tomaban esa actitud egoísta y Dios me hizo ver que los adultos somos iguales aunque lo sabemos disimular mejor. Las bendiciones se vuelven tan comunes que dejan de sorprendernos y no las agradecemos porque damos por hecho que vendrán. Somos como las personas que han viajado varias veces a Disney world y ya nada los impresiona, incluso se aburren y le ven defectos a las atracciones. Contrario a quien visita ese hermoso lugar por primera vez y se maravilla de todo.
En tu matrimonio sucede igual. La ilusión del primer beso te hizo sentir maripositas en el estómago, pero ahora, después de 20 años de casados, ya perdiste el interés y sólo miras defectos en tu relación. Antes no importaba qué había comido tu pareja, ahora le dices que su aliento huele mal. Tu familia, trabajo, salud y estudios son tan comunes que has dejado de agradecerlos. Para tu primer día de trabajo que preparaste bien, ibas nítido, arreglado y llegaste temprano. Ahora no te preocupas por impresionar a tus jefes, criticas a todos y llegas tarde porque te has desgastado. No te aburras de la vida.
Mírate y agradece tu cuerpo. Deja de quejarte por algún malestar y concéntrate en las partes de tu organismo que funcionan a la perfección. No te desanimes por ver a un familiar en dificultades cuando el resto está bien. Agradécele a Dios y no te ciegues viendo solamente lo malo, aprende a ver y disfrutar lo bueno. Un corazón agradecido comienza viendo lo bueno de Dios en cada lugar. Olvídate de los impedimentos, fracasos, derrotas y ofensas. Empieza a ver al Señor en cada abrazo y beso que te han dado.
Ves lo que quieres ver
Tú serás lo que quieras ser, una persona rechazada o aceptada y feliz. Hay suficiente en esta vida para sentirte de una u otra forma, la existencia es agridulce y puede decidir quedarte con lo dulce o con lo agrio que te hará vivir amargado.
Jesús entró una vez en la casa de un cobrador de impuestos llamado Mateo. Al hacerlo, unos dijeron: “cómo puede estar en casa de un pecador comiendo con publicanos”, mientras otros afirmaron: “la salvación está llegando a esa casa”. Algunos vieron a Zaqueo y criticaron a Jesús por comer con un ladrón, mientras otros se maravillaban por la gran misericordia que demostraba. En casa del fariseo Simón, una prostituta entró a llorar a los pies del Señor y los ungió con perfume. Algunos criticaron: “si fuera profeta sabría qué clase de mujer es ella”, pero Jesús sabía y les dijo que esta mujer había amado más porque se le había perdonado mucho. Al ver a un pecador, puedes condenarlo por ser culpable o afirmar que es un buen candidato para recibir el perdón de Dios. Puedes ver a Magdalena con siete demonios y decir que el Señor era un mal hombre o maravillarte porque fue bueno al caminar con ella y darle la salvación. Viendo cobradores de impuestos, pescadores y prostitutas a Su alrededor puedes sentirte ofendido o agradecido porque tienes un lugar junto a un hombre de gran corazón que procuró el perdón de todos.
Lo que te pasa en la vida es malo o bueno, según como lo veas. Tomas Alba Edison, intentó inventar el bombillo más de mil veces y cuando le preguntaron por qué insistía a pesar de tanto fracaso, él respondió: “no he fracasado, sólo encontré mil forma de no hacer un bombillo”.
Beethoven era sordo y Abraham Lincoln no era un buen político, Michael Jordan fue expulsado de su equipo de baloncesto de la secundaria porque no jugaba bien y Lance Amstrong padeció cáncer. Kaká no era buen jugador de fútbol y el gran pintor Miguel Ángel era escultor antes de iniciarse en la pintura.
En la Biblia también vemos muchos ejemplos de personas que vieron positivamente sus circunstancias: Jeremías era muy niño para recibir un llamado y Noé era muy viejo; Moisés era tartamudo, pero Pablo era demasiado fuerte con sus palabras. José fue vendido por sus hermanos y David fue menospreciado; a Jacob lo perseguía su hermano para matarlo. Abraham, Isaac y Jacob recibieron la promesa de conformar una nación muy grande cuando los tres se casaron con mujeres estériles. Elizabeth, la madre de Juan bautista era una mujer vieja para concebir, por el contrario, María, la madre de Jesús, era muy joven. Samuel creció lejos de su casa y Daniel fue desterrado. El amor todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. Si estás lleno del amor de Dios, todo lo creerás y esperarás. Decide ver lo bueno de tu vida.
Ejemplos que inspiran
Me agrada hablar de gente que me ha inspirado porque han salido adelante, a pesar de sus imitaciones físicas. Tony Meléndez es un nicaragüense que vive en USA. Nació sin brazos y aprendió a tocar guitarra con sus pies. Dice que ve un milagro cada vez que observa personas adorando al Señor con los brazos en alto. Nick Vujicic es un predicador australiano que nació sin brazos ni piernas, sin embargo viaja por el mundo entero proclamando que Dios lo ha hecho un hombre completo. El equipo Hoyt es otro gran ejemplo. Está integrado por un padre y su hijo cuadrapléjico que no puede caminar, hablar ni mover sus brazos por lo que se expresa a través de una computadora. La primera vez que lo hizo, dijo que le agradaba salir a pasear con su padre. Desde entonces se dedican al deporte. Corren maratones y participan en triatlones. Han competido en el “Iron Man” de Hawai porque el padre que no era deportista, decidió que las limitaciones de su hijo no los detendrían. Dave Rivers es un hombre que se quemó por completo en un accidente con una granada. Muchas partes de su cuerpo son artificiales y él bromea al respecto.
Cuando dice que no te escucha bien, se quita a oreja y la acomoda mejor. Cierta vez que le pidieron indicaciones, él estiró el dedo que salió volando porque lo tenía flojo. Su condición especial no lo hace sentir menos que otros.
Joel Sonnenberg, tuvo un grave accidente cuando era bebé y quedó desfigurado. Un tráiler los chocó y el 88% de su cuerpo se quemó. Ahora no tiene nariz, manos ni dedos y sin embargo creció con una gran actitud. Fue capitán de su equipo de fútbol soccer, fue príncipe de su promoción y presidente de los alumnos de la universidad. El conductor del camión huyó y estuvo prófugo por 19 años. Cuando finalmente lo atraparon y enjuiciaron, la familia tuvo la oportunidad de ver la cara del hombre que había desgraciado la vida de su hijo. Pudieron vengarse y desahogar su ira sobre él pero no lo hicieron. El día que declaró en la corte, Joel se puso de pie y dijo: “Entiendo Señor Reginal Door que usted nos ha olvidado de una manera muy conveniente durante más de 19 años. Como ha escuchado, mi familia y yo hemos sufrido inmensamente mientras usted ha continuado conduciendo un camión sin recordar lo que sucedió el 15 de septiembre de 1979. Los recuerdos más tempranos que tengo son de una sensación de enfermedad y de indefensión absoluta. Las enfermeras se desmayaban al verme. Durante todo este tiempo, la única forma de expresarme era mi voz y lo que pedía era que por favor fueran amables conmigo y me trataran bien. Usted se robó mi niñez, crecí en un mundo que no me acoge. Soy vulnerable fuera de mi casa, la gente se burla de mí y hace comentarios desagradables, incluso me piden que me quite la máscara. Me pregunto si hoy habrá justicia y al salir podremos continuar con nuestras vidas. Mi oración para usted es que sepa que la gracia de Dios no tiene límites. Mi familia y yo no tendremos odio ni rencor hacia usted porque ello solo nos traería miseria. Nosotros nos llenaremos del amor incondicional de Dios y hoy, lo perdono”. Ese hombre salió libre de rencor y enojo, evitó quedarse atrapado en la miseria, decidió ver la gracia del Señor donde otros vieron la desgracia de un accidente.
Ama la vida
1ra de Pedro 3: 10-11 aconseja: Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala.
Yo quiero amar la vida, despertarme cada mañana ilusionado y apasionado por mi familia y mi trabajo. Si quieres amar la vida guarda tu lengua de decir lo malo. No despiertes reclamando lo negativo de tus circunstancias porque eso te traerá mal humor, enfermedad, insomnio, pesadez, soledad y confusión. Despierta cada mañana afirmando que ese es el día que ha hecho el Señor por lo que te gozarás y alegrarás. Al declararlo, todo lo bueno sucederá y serás inundado por la alegría de Dios. No olvides que tu visión de la vida controla lo que sientes y cada cosa puede ser distinta cuando le encuentres una nueva perspectiva. Para unos la muerte puede ser el final, la tristeza y la pérdida, mientras para otros es la oportunidad de estar junto al Señor. Pablo decía: “para mí, vivir es Cristo y morir una ganancia”. La soledad puede ser una expresión de rechazo o el espacio para encontrarte en intimidad con Dios. Un despido puede ser la expresión de la maldad de jefes y compañeros o puede ser la oportunidad de encontrar otra puerta donde el Señor quiere bendecirte. Tu esposa puede ser la princesa más bella o la bruja más terrible, puede ser corona o gotera sobre tu cabeza, regalo de Dios o el mal más amargo, tú decides.
Empieza a vivir un cielo en la tierra y no la antesala al infierno. Deja de ver el mal que te han hecho y concéntrate en el bien que has recibido del Señor. Olvida a esa persona que te dejó de hablar y disfruta de Dios que quiere hablarte siempre. No piensas en quien te lastimó y sustitúyelo por la imagen de Jesucristo que llevó tus dolores y se sacrificó por ti. No veas pobreza sino a Dios que quiere prosperarte, deja de ver enfermedad para descubrir al Dios sanador. Mira a tu nación bendita no sumida en la miseria. Descubre que es la tierra protegida por la mano del Señor, donde crece la semilla del Evangelio.
Puedes ver tu pecado y condenarte diciendo que no tienes perdón o puedes ver la cruz de Jesús y convencerte de que te ha perdonado todo. Deja la amargura, mira Sus brazos extendidos con amor mostrándote el camino al Padre y Su misericordia nueva cada día. Aprende a ver con los ojos de Dios, no te culpes más. Evalúa tu vida y habla bien de cada área. Bendice a tus jefes, clientes, familia, estudios y trabajo, decide ver lo bueno.
Con tu voz en alto comienza a dar gracias por todas las bendiciones que has recibido.