Abrí yo a mi amado, pero mi amado se había retirado, se había ido. Tras
su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; lo llamé, y no me
respondió. Cantares 5:6
Buscad al SEÑOR mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca. Isaías 55:6
Aquella mujer que en un momento cantaba anhelando un beso del amado, que
exaltaba el olor agradable de sus perfumes, que pedía que el Rey la
llevara en pos de ella, que indagaba acerca de dónde estaría apacentando
sus rebaños para buscarlo al medio día, y que al final del capítulo 1
del libro de Cantares exclama: “Cuán hermoso eres, amado mío, y tan
placentero. Ciertamente nuestro lecho es de exuberante verdor”.
Esa
misma mujer, se encuentra ahora sola en su cama, ya no es nuestro
lecho, ahora es su lecho, ya no es aquella mujer anhelante del amado que
espera su llegada, sino es la mujer que disfruta de sus ungüentos de
mirra, que se ha acomodado, se ha dormido, y que cuando su amado toca a
la puerta lo primero que hace es poner excusas para no abrirle: Ahora no
quiero, ahora no puedo, no me gusta que me despierten; pudieron haber
sido algunas de sus palabras.
Cuando comían sus pastos, se
saciaron, y al estar saciados, se ensoberbeció su corazón; por tanto, se
olvidaron de mí. Oseas 13:6.
Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. Isaias 1:2.
Ahora
ella solamente está pensando en sí misma, en que se ensuciara sus pies,
en que tendrá que vestirse de nuevo, que sus bálsamos de mirra
escurrirían por la manija del cerrojo, no le importa ni se detiene a
pensar que el amado está en la puerta recibiendo el roció de la noche, y
que quiere entrar para estar con ella.
En un momento el amado
mete su mano por la ventanilla y al ver esto el corazón de ella se
conmueve. Se levanta para abrirle, pero es muy tarde, el amado ha dado
la vuelta y se ha marchado. “Y tras su hablar salió mi alma. Lo
busqué, y no lo hallé; Lo llamé, y no me respondió” Cantares 5:6.
Cuando
el Apóstol Pablo está enseñando acerca del matrimonio y las familias en
Efesios dice: “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se
unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este
misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo
demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la
mujer respete a su marido. Efesios 5:31-33.
Me llama la
atención como en un momento está hablando del cielo y en otro momento de
la tierra. ¿Por qué Dios hace alegorías acerca de su relación con su
pueblo Israel o entre Cristo y la iglesia, poniendo como ejemplo la
relación de pareja?, Porque Dios quiere que entendamos como Él siente
cuando nosotros lo rechazamos.
Porque ¿A quién le gusta ser
rechazado por su pareja?, ó ¿a quién le gusta tocar a la puerta de
alguien para que le abra y escuchar una voz que le responda con
excusas?, sería mejor no escuchar ninguna voz porque al menos diríamos
no está, pero sabiendo que esta y que responda así.
Es por eso
que Dios dice: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente.
¡Ojalá fueras frío o caliente!, 'Así, puesto que eres tibio, y no frío
ni caliente, te vomitaré de mi boca. Apocalipsis 3:15-16.
Porque
Dios nos anhela, en Santiago 4:5 dice: ¿O pensáis que la Escritura dice
en vano: El celosamente anhela el Espíritu que ha hecho morar en
nosotros?
Puede ser que tu sirvas en la iglesia, que hayas
trabajado arduamente, que no soportes a los malos y disciernas a los que
se dicen ser apóstoles y no lo son, como la iglesia de Éfeso en
Apocalipsis 2, pero si has dejado tu primer amor, igual que la mujer de
cantares, entonces has caído. Como aquella esposa que cocina para el
marido, le lava su ropa, pero no lo atiende como pareja.
Lo
tremendo de esto es que aun Dios que es un Dios de amor, de
misericordia, que nos enseña a perdonar, también es un Dios que se da a
respetar, tiene dignidad y no se queda parado en la puerta esperando
hasta que nosotros queramos abrirle, sino que nos visita en un momento y
dependerá de nosotros si aprovechamos o no ese tiempo de visitación,
como dice el verso de Isaías 55:6: Buscad al SEÑOR mientras puede ser
hallado, llamadle en tanto que está cerca.
Jesús mismo exclamo:
¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le
son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a
sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!, He aquí, vuestra casa
se os deja desierta; y os digo que no me veréis más, hasta que llegue el
tiempo en que digáis: "BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR."
Lucas 13:35.
Jesús que dio su vida para salvarnos, que dejo su
gloria para venir a buscarnos, vino a su pueblo, pero ellos le
rechazaron, eligiendo a Barrabas antes que a Él. Entonces Él se dio la
vuelta y se consiguió otro pueblo.
A lo suyo vino, y los suyos
no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho
de llegar a ser hijos de Dios. Juan 1:11-12.
Esto me hace
recordar la historia de la Reina Vasti, a la cual el Rey Asuero mando a
llamar a su banquete, ella estaba tan segura del amor del rey, que pensó
que él tendría que aguantarle todos sus desplantes. No sabía que esto
le costaría su corona, y que a partir de entonces dejaría de ser la
reina, para ser una más del pueblo.
Dios nos pone un ejemplo
tan cercano como lo es una relación de pareja, para hacernos entender
que aunque él nos ama, no estará todo el tiempo parado a la puerta
esperando que le abramos.
Recordemos aquella parábola que Jesús
conto en Lucas 14, donde un Señor invito a varios a su banquete, pero
estos comenzaron a poner excusas para no llegar. ¿Qué pasó entonces?,
¿se canceló la fiesta solo porque los invitados no quisieron llegar?,
¡de ninguna forma!, vino el señor y mando a llamar a otros que si
apreciaran la invitación que él les estaba haciendo y la fiesta
continúo.
Cuando Elías sale huyendo de Jezabel y está hablando
con Dios en la cueva le dice: Solo yo he quedado. Lo que no sabía era
que había siete mil rodillas que no se habían doblado ante Baal.
En
mi país tenemos un dicho que dice algo así como que no debemos creernos
la última Coca Cola en el desierto, cuando nosotros rechazamos o
menospreciamos algo o a Dios, corremos el riesgo de perderlo.
Dios
me permitió trabar para los supermercados Walmart y allí sucedía algo,
cuando un producto estaba agotado en las góndolas, un alto porcentaje de
veces, las personas elegían otro producto sustituto, si no hay de su
Margarina marca “X”, llevarían Margarina marca “Y”, y si les gustaba,
ahí había un cambio de marca. Y esto va para las parejas, como decía
Pablo.
Porque Dios es caballeroso, él no se para en nuestra
puerta como hace la policía en las películas de acción diciendo: “Abran o
derribare esta puerta”. Si lo pusiéramos en el ejemplo de la pareja,
eso sería como una violación. En cambio nuestro Señor dice: He aquí, yo
estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. Apocalipsis 3:20.
Quiere
decir que dependerá de nosotros si el entra o no. Y debemos entender
que Él no estará ahí para aguantar y esperar todos nuestros desplantes y
rechazos.
No juguemos con Dios como lo hizo Sansón estando con
Dalila, en tres ocasiones lo libro Dios, aun así siguió adelante porque
aparte que el pecado lo había cegado, él pensaba que como Dios es bueno,
Él es misericordioso, estaría ahí esperando a la puerta todo el tiempo,
sin embargo la Biblia dice: Entonces Dalila dijo: ¡Sansón, los
filisteos se te echan encima! Y él despertó de su sueño, y dijo: Saldré
como las otras veces y escaparé. Pero no sabía que el SEÑOR se había
apartado de él. Jueces 16:20.
Pero
¿cómo está tu nivel de amor?, ¿aun eres aquella novia anhelante, o has
comenzado a poner excusas?, ¿acaso el pecado o el deseo de satisfacer tu
gusto te ha cegado?, si es así aun tienes esperanza, porque Dios habla a
tiempo y fuera de tiempo.
Recuerda, por tanto, de dónde has
caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio; si no,
vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, si no te arrepientes.
Apocalipsis 2:5.
Si aún no has sufrido la pérdida del amado, hoy es
el día de volver a tu primer amor, de hacer las obras del principio, de
ver donde fue que caíste y arrepentirte, para que Dios restaure
nuevamente tu vida.
Pero si ya lo perdiste, lamento decirte que habrán ciertas consecuencias:
Me
hallaron los guardas que rondan la ciudad, me golpearon y me hirieron;
me quitaron de encima mi chal los guardas de las murallas. Yo os
conjuro, oh hijas de Jerusalén, si encontráis a mi amado, ¿qué le habéis
de decir? Que estoy enferma de amor. Cantares 5:7-8.
Pero si aún anhelas estar con tu amado, aún hay una última esperanza.
Cuando
el profeta llego a reprender a David por su adulterio con Betsabé le
advirtió que la espada nunca se apartaría de su casa, pero David dijo,
está bien, pero que no quite de mí su Santo Espíritu, como lo había
hecho con Saúl, David había visto como Saúl había enloquecido y se
había endemoniado sin la presencia de Dios, porque desde joven él había
tocado el arpa para aliviar su malestar, así que dijo: Lo sé, yo falle,
yo perdí, ciertamente sé que vendrán consecuencia, como efectivamente
sucedió que vinieron, porque su hija fue violada, sus hijos muertos, su
hijo se revelo en contra suya, sus concubinas fueron violadas a la vista
del pueblo, perdió el trono, salió huyendo y aun cuando huía fue
insultado, pero no perdió la presencia de Dios y al final del tramo
amargo fue restaurado.
Porque como a mujer abandonada y triste de
espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es
repudiada, dijo el Dios tuyo. Por un breve momento te abandoné, pero te
recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi
rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré
compasión de ti, dijo Jehová tú Redentor. Isaías 54:6-8.
A diferencia con Saúl:
Y
Samuel dijo: ¿Se complace el SEÑOR tanto en holocaustos y sacrificios
como en la obediencia a la voz del SEÑOR? He aquí, el obedecer es mejor
que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los
carneros. Porque la rebelión es como pecado de adivinación, y la
desobediencia, como iniquidad e idolatría. Por cuanto has desechado la
palabra del SEÑOR, Él también te ha desechado para que no seas rey. 1
Samuel 15:22-23.
Y Saúl dijo: He pecado, pero te ruego que me
honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel y
que regreses conmigo para que yo adore al SEÑOR tu Dios. Volvió Samuel
tras Saúl, y Saúl adoró al SEÑOR. 1 Samuel 15:30-31.
Hay muchos así hoy en las iglesias, honrados a la vista de los hombres, pero deshonrados delante de Dios.
¿Qué vas a elegir tu hoy?, hoy es tu día, arrepiéntete y cambia tu futuro.
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