El problema es que a veces no
comprendemos lo que Dios está haciendo en nosotros porque no logramos
vislumbrar lo que El está haciendo en cada uno de nosotros; porque lo
que nosotros tenemos como bueno, es el concepto de lo que el mundo
acepta como tal, como abundancia. Por eso es que necesitamos cambiar los
conceptos del mundo y poner en nuestro corazón los conceptos de Dios,
con el propósito que cuando Dios nos diga que nos va sobreabundar, le
creamos con el corazón por el espíritu y dejemos por un lado los
conceptos del mundo los cuales se enfocan solamente en cosas materiales.
Por eso es que necesitamos comprender lo que para Dios es abundancia y
que la podamos aprovechar dese el primer instante en el que El la
empiece a derramar sobre nuestra vida y no estar esperando tener lo que
otros tengan y que parezca abundancia.
Necesitamos reconocer las bendiciones
que Dios tiene preparadas para nuestra vida y no caer en el mismo error
que cayó Esaú, porque él menosprecio la bendición de la primogenitura y
la cambió por un plato de lentejas. Dios ha dispuesto una bendición
indescriptible para nuestra vida, lo único que necesitamos hacer es
esperar el momento en el que El la pronuncie y entonces sea activada la
bendición que para nosotros fue predestinada; o sea, Dios nos predestinó
con una bendición y lo que a nosotros nos corresponde es conservarnos
como la vasija en la que a El le ha complacido derramar sobreabundancia
para que cuando llegue el momento de recibirla, estemos dispuestos y
podamos aprovecharla al máximo. Por eso es que necesitamos tener
nuestros sentidos espirituales activados para estar apercibidos de lo
que Dios estará haciendo en nuestra vida para que de nuestro corazón
también haya agradecimiento por todo lo que El hace en nosotros.
Esta bendición puede ser algo que Dios
nos haya derramado solamente a nosotros y que los demás lo menosprecien,
no solamente porque no saben la magnitud de la bendición que nosotros
podemos tener sobre nosotros, sino también podría ser que haya cierta
envidia por lo que tengamos de parte de Dios, por la sobreabundancia que
El nos permite vivir lo cual puede ser desde sentarnos a reposar en
paz, comer nuestros alimentos, tanto los espirituales como los
materiales estando en paz; hasta llegar a ser el vaso de honra que Dios
utiliza para hacer la obra que a El le complace hacer con nuestra vida.
Pero entonces viene un periodo
tribulacionario, y antes de eso habrá problemas, la Biblia los
identifica como principio de dolores, pero Dios estará derramando
sobreabundancia en Su Iglesia. Por eso es que no podemos aceptar que
muchos cristianos utilizan los medio de comunicación para estar
dirigiendo eventos enfocados totalmente en el dinero, como diciendo que
Dios hará un trueque con los que depositen el dinero que ellos les
piden. No obstante también debemos comprender que si Dios nos dio un
cuerpo material, es para que podamos proveerle de lo material; pero de
proveernos materialmente, a que eso deba ser nuestra prioridad; existe
mucha diferencia. Nuestra prioridad debe ser que anhelemos agradar el
corazón de Dios y lo material lo recibiremos pero como añadidura sin que
eso nos desvíe el deseo de estarlo buscando.
Por eso debemos comprender que en medio
de los graves problemas del mundo, Dios ha decidido que haya una
sobreabundancia sobre Su pueblo, sobre Su Iglesia para que todos sepan
que El hace diferencia entre los que le tememos con amor reverente y lo
que lo rechazan; por eso es que necesitamos saber que los 7 años de
abundancia ya empezaron, el único detalle es que no sabemos qué año
estamos viviendo, podría ser el primero, como podría ser el séptimo.
Génesis 41:29 LBLA He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto...
El hecho que estemos viviendo tiempos de
abundancia, no significa que haya licencia para que desperdiciemos lo
que creamos que nos sobra, porque escrito está que el que con Jesús no
recoge, desparrama.
Proverbios 11:14 LBLA Donde no hay buen consejo, el pueblo cae, pero en la abundancia de consejeros está la victoria.
Estamos viviendo los 7 años de
abundancia y dentro de esa abundancia, lo que viene son consejeros de
parte de Dios para que todo Su pueblo pueda tener el consejo bajo la
guianza del Espíritu Santo y que alcance la abundancia de una vida llena
de Dios y como consecuencia sea El quien conduzca nuestra vida en todo
momento.
Isaías 1:21-26 LBLA ¡Cómo se
ha convertido en ramera la ciudad fiel, la que estaba llena de
justicia! Moraba en ella la rectitud, mas ahora, asesinos. Tu plata se
ha vuelto escoria, tu vino está mezclado con agua. Tus gobernantes son
rebeldes y compañeros de ladrones; cada uno ama el soborno y corre tras
las dádivas. No defienden al huérfano, ni llega a ellos la causa de la
viuda. Por tanto, declara el Señor, DIOS de los ejércitos, el Poderoso
de Israel: ¡Ah!, me libraré de mis adversarios, y me vengaré de mis
enemigos. También volveré mi mano contra ti, te limpiaré de tu escoria
como con lejía, y quitaré toda tu impureza. Entonces restauraré tus
jueces como al principio, y tus consejeros como al comienzo; después de
lo cual serás llamada ciudad de justicia, ciudad fiel.
Notemos que Dios le está hablando a Su
pueblo y le está señalando la forma en la que se están conduciendo, pero
El los enderezará de una o de otra forma, y a partir de ese momento los
bendeciría restaurando Sus consejeros como lo había hecho en el
principio. Hoy la Iglesia de Cristo puede estar viviendo en medio de una
gran necesidad de consejería para que pueda caminar de acuerdo a los
deseos del corazón de Dios, por eso es que El está obrando en la
abundancia de enviar siervos conforme a Su corazón para aconsejar de
acuerdo a lo que El desea para Su Iglesia.
Éxodo 18:19-23 SRV Oye ahora
mi voz; yo te aconsejaré, y Dios será contigo. Está tú por el pueblo
delante de Dios, y somete tú los negocios á Dios. Y enseña á ellos las
ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde anden, y lo que
han de hacer. Además inquiere tú de entre todo el pueblo varones de
virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la
avaricia; y constituirás á éstos sobre ellos caporales sobre mil, sobre
ciento, sobre cincuenta y sobre diez. Los cuales juzgarán al pueblo en
todo tiempo; y será que todo negocio grave lo traerán á ti, y ellos
juzgarán todo negocio pequeño: alivia así la carga de sobre ti, y
llevarla han ellos contigo. Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú
podrás persistir, y todo este pueblo se irá también en paz á su lugar.
Aquí vemos la vida de Moisés, un líder
que Dios levantó haciendo grandes señales con el poder que El le había
delegado; sin embargo necesitó del consejo de un anciano; no de un
viejo, sino de un anciano que ya había vivido mucho tiempo y de alguna
forma había logrado obtener el mejor producto de cada experiencia que
Dios le había permitido. Por eso es que en este tiempo lo que debemos
buscar es el consejo de los ancianos, de aquellos que Dios los ha
llevado por muchos caminos, permitiéndoles tantas vivencias para que en
su momento pudieran aconsejar al que está necesitado de una palabra de
consejo y aliento. Por eso es necesario que logremos alcanzar todo el
provecho de cada situación que podamos vivir y no empezar por buscarle
despropósitos a lo que vivimos constantemente sea bueno o no; porque a
nuestros ojos naturales puede ser que veamos situaciones antagónicas a
nuestra vida, pero detrás de todo eso Dios tiene un plan debidamente
definido para nuestra vida y si logramos comprenderlo, alcanzaremos la
sobreabundancia que Dios ha predestinado para cada uno de nosotros.