No tan solo es estar dispuestos a
obedecer sino saber a quién debemos obedecer. Solo debemos aceptar
instrucciones de personas que nos puedan promover. El mismo Jesús se sometió a aquel que podía promoverlo.
La Palabra de Dios nos muestra en el libro Mateo 3:13-17, “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán pare ser bautizado por él, mas Juan se le oponía diciendo Yo necesito ser bautizado por ti y tu vienes a mi? Pero Jesús le respondió, deja ahora por que así conviene que cumplamos con toda justicia, entonces le dejo.”
Jesús lucho con Juan el Bautista
para que le bautizara. Jesús entendía que al someterse a la autoridad
que el Padre le había delegado a Juan estaría automáticamente
obedeciendo al Padre. En este acto Jesús le demuestra a su Padre que si
estaba dispuesto a someterse a Juan su corazón estaba listo para
someterse totalmente a las instrucciones divinas. Una persona rebelde a
las autoridades terrenales no será capaz de someterse a la dirección del
espíritu.
Durante este tiempo Juan el
Bautista era el escogido para prepararle el camino a Jesús. El acto del
bautismo no lo promovió a una nueva dimensión. Fue el bautizarse con Juan el Bautista lo que lo promueve. Juan tenia la autoridad delegada para abrirle el camino al Salvador.
Por las malas experiencias que muchas
veces hemos tenido nos rebelamos a las autoridades terrenales. No
sentimos decepcionados y por lo tanto somos bien escépticos en
someternos. Es importante que entendamos que aunque nuestra obediencia
tenga su manifestación en el mundo natural es Dios quien la recibe en su
presencia. Dios siempre recompensara la obediencia de sus hijos.
Durante este tiempo de ayuno y oración pídele a Dios que te ayude a
superar cualquier tipo de pensamiento de rebeldía. Aprende a aceptar
instrucciones divinas para que puedas ser promovido.