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Roberto Garcia - Como Responder Al Llamado De Dios

M. Bravo
Por -
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Referencia biblica: Génesis 12: 1-3
A Abraham, sobresaliente personaje del antiguo testamento, se le llama “El padre de la Fe”. En el nuevo testamento se les llama a todos los creyentes en Jesús por medio de la fe “hijos de Abraham”. 

Este personaje marca un antes y un después en la forma que Dios usa para relacionarse con el hombre. Antes de él esa relación era distante, solamente se acercaban a Dios por medio de sacrificios, si consideraban que éstos eran agradables delante de Dios, entonces se le acercaban pedir algo de Él. Abraham rompe ese estilo de relación cuando Dios le hace un llamado extraordinario. Dios le llama a salir de la tierra donde vivía a ir a un lugar que “Dios le diría cual era”. Abraham sin pensarlo, tomó a su esposa y emprende sin dudar, el viaje que Dios le ordenó sin mayor detalle. En el camino llega a Canaan y Dios le dice “Esta es la tierra que le voy a dar a toda tu descendencia” y él no tenía hijos. En una conversación con Dios, Abraham le dice, ya me ofreciste tierra y mucha bendición pero para qué quiero eso si no tengo hijo a quien dejárselo. Dios hace un pacto con Abram y le dice “Tendrás un hijo y tu descendencia será como las estrellas del cielo, o como la arena en la orilla del mar”. Esto parecía ser imposible de suceder porque Abram tenía más de 75 años de edad y su esposa era diez años más joven. La Biblia describe que a ella le había cesado ya la costumbre de las mujeres. Ella ya no era una mujer fértil. Ante tanta imposibilidad Abraham decide creerle a Dios. Esa decisión que tomó de creerle a Dios en contra de todo lo que aparentaba ser imposible le fue contado por justicia y es por eso que se conoce como El Padre de la Fe.

La manera en que Abraham partió la historia de la relación con Dios y las personas del antiguo testamento, fue directamente porque Abraham decidió creerle a Dios. La gente buscaba con sacrificios hablar con Dios, le pedían cosas y quizá Dios se las daba, pero ninguno de ellos se había atrevido a creerle a Dios. Abraham demostró a que él estaba dispuesto siempre a creerle a Dios aunque las circunstancias parecieran contrarias a lo que Dios había dicho, aun en contra de lo lógico y natural, Abraham lo decidió.
Abraham hizo cosas que nosotros ahora hacemos y que en aquel entonces eran fuera de contexto. Abraham fue justificado por fe, los demás lo eran por los sacrificios. Nosotros hemos sido justificados por la fe en el sacrificio de Cristo.

Abraham tomó santa cena. En Génesis se narra cuando Melquisedec apareció delante de Abraham y le ofreció pan y vino. 400 años después fue constituida la Pascua y aún tomamos la Santa Cena. Abraham hizo cosas en su época que nadie más hacía.
Abraham dio diezmos. Los diezmos no son de la ley. Son del Padre de la Fe. Ahí inicia el registro de los diezmos. Nosotros ahora lo hacemos también.
Abraham constituye un modelo que nosotros debiéramos seguir como hijos en la fe. Así como él se relacionó con Dios, así debe ser nuestra relación con El Señor. No debemos relacionarnos con Dios como en un pacto antiguo o una gran ceremonia previa a relacionarnos con Él, hoy existe libertad de relacionarnos con Él en toda amplitud.

Antes las personas se relacionaban con Dios pero sus pecados siempre estaban enfrente. Por eso debían hacer sacrificios para cubrir ese pecado que llevaban delante. Abraham aunque pecó e hizo sacrificios,  no fue un impedimento para que el tuviera una relación más íntima con Dios.
Cristo tomó el pecado que llevábamos delante y lo borró. Lo quitó de ahí. No debe acercarse a Dios con temor y culpabilidad porque ahora estamos en la dispensación en la que Cristo quitó el pecado para que podamos relacionarnos con Dios con total libertad.

Dios le llamaba “Su amigo”. Cuando Dios iba a destruir Sodoma y Gomorra,  tuvo una plática con Abram y éste empieza a interceder por Sodoma y Gomorra. Abram le decía, “no destruyas a los justos con los pecadores”. Esto suena extraordinario, pero nosotros podemos tener una mejor relación con Dios, porque esta dispensación es para que nosotros podamos ser constituidos “Amigos de Dios” en el mismo o un mejor nivel que Abraham.
Lo más importante es la forma en que Abraham responde al llamado de Dios. Abraham decidió responder al llamado de Dios, y si Abraham fue el modelo como padre de la Fe, Dios también tiene un llamado para usted. Usted no es un incognito, una estadística o un número para Dios. Quizá nos sentimos uno más, pero delante de Dios somos alguien dignos de su atención, al grado de tener un llamado para nuestra vida. Somos dignos porque Jesús dio su vida en la cruz. Con su sangre quitó el pecado que llevábamos delante y nos hizo dignos de ese llamado.

¿Puede usted oír la voz de Dios? No viva su vida como un religioso, llegando a la iglesia, quedarse y luego irse. El llamado de Dios es más que una reunión. Muchos piensan que el llamado es exclusivo para los pastores, realmente el llamado es para cada  persona. Dios le está llamando a salir del anonimato y haga grandes proezas para Él. Dios le llama a dejar de esconderse como Saúl, detrás del conglomerado porque Él tiene un trabajo para usted.

Dios quiere relacionarse en forma particular y directa con cada persona. Si usted tiene un oficio, una empresa, sus cosas, no se le pide dejar eso, sino que en medio de todo eso usted debe reconocer Su voz llamándole. Si solamente asiste a la iglesia y se sienta a escuchar, usted no está relacionándose con Dios al nivel que Él quiere. Usted debe escuchar la voz de Dios llamándole. Dios le está llamando.
Hay personas que pasaron su vida sin atender el llamado de Dios. Hoy usted tiene la oportunidad de dejar de ignorar la voz de Dios porque hoy Él tiene un llamado personal para usted. No tiene que pasar su vida fracasando a veces y teniendo éxito en otras. Debe enfocarse hacia lo que Dios le está llamando.
1.   
E        El llamado es personal. El llamado de Dios es para “MI”.
2.     El llamado de Dios es para hacer algo. Nos volvemos eruditos estudiando el Ministerio porque buscamos una posición. El llamado de Dios es para hacer algo no para tener un puesto o posición.
3.     El llamado de Dios es acorde a nuestra vida. Usted nació en un círculo familiar específico. Creció en un determinado círculo social, se desarrolló académicamente en  cierto lugar y a todo esto quizá usted le llame casualidad. Pero Dios siempre usa TODO lo que tenemos para su servicio. Si tiene una profesión no fue solo porque a usted le gustaba.
Dios quiere usar eso para su llamado. Dios le estaba preparando.
La historia de su vida, es la forma en que Dios le ha preparado para el día de su llamado. Dios le ha estado equipando y preparando. Dios convierte todo lo que sucede en su vida en una bendición. Todo lo que a usted le sucede está bajo Su control.
El llamado de Dios es recurrente, pero Dios no obliga a nadie a hacer nada. Al igual que su Misericordia que es nueva cada mañana, al igual su llamado es recurrente.
4.     El llamado de Dios es corporativo. El propósito es para que usted pueda ser bendición para otras personas. El objetivo de Dios no es únicamente bendecirle a usted, sino a los que están a su par. A su vecindario, a su nación o a las naciones. No sabe el potencial del llamado que Dios le está haciendo.
5.     Dios hace crecer el propósito que tiene para su vida. Ningún currículo se compara con lo que Dios quiere hacer con usted.
¿Qué es lo más grande que usted cree que Dios puede hacer por usted? Aunque lo multiplique miles de veces, solo se acercaría a lo que realmente Dios quiere para usted. No lo limite a sus propias capacidades. No le ponga un tope.
6.     El llamado de Dios es parte del legado que usted puede tener.  Dios llamó a Abraham con el propósito que en su simiente fueran benditas todas las familias de la tierra. Al morir Abraham tenía solo un hijo y Dios le había prometido una tierra y una descendencia. Dios toma al hijo y le hace el mismo llamado. Luego toma al nieto y le hace el mismo llamado, luego Dios toma a los doce hijos y les hace el mismo llamado. Por eso siempre en la Biblia Dios se presenta como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
7.     Si quiere que sus hijos se involucren comparta el llamado de Dios. Dedique tiempo a compartirles el llamado que Dios nos ha hecho. La forma como usted responda al llamado de Dios puede ser un legado para su familia, para su iglesia, para la ciudad o el mundo.
8.     El llamado de Dios tiene una implicación. Usted tiene que dejar algo. El llamado es gratuito, no tiene que pagar por ello. Pero tendrá que dejar algo. En el llamado que Dios hace a Abraham, le pide dejar su tierra, la casa de su padre, de su familia y le manda a un lugar que El le dirá cual es.
¿Cómo responder al llamado de Dios?
“Vete de tu tierra a una tierra que te mostraré” Esta frase va acompañada de la nueva tierra que Dios dará. Usted debe creer ciegamente en las promesas de Dios. Debe confiar en Dios con toda su mente y con todo su corazón. Si algo mueve a Dios es una persona que le cree con todo su corazón, fuera de la ley de las probabilidades, muchas veces creemos aquello que es factible dentro de las posibilidades. A Dios le gusta que usted le crea lo que es imposible.  Si alguien tiene fe que obtendrá una casa, al obtenerla no se debe medir la fe por la casa obtenida. La fe es el hecho de haber creído que la obtendría. La fe no se mide por los resultados. Fe no es recibir algo. Es creer que lo puede recibir. La Biblia dice que al que cree, todo le es posible.
La actitud que usted mantiene de creer pese a las circunstancias, sin importar los resultados, eso es la fe. Eso es lo que usted necesita para atender el llamado.
No importa si usted muere creyendo. A Dios le agrada que usted crea.

Es necesario alejarse de su rutina. Es el momento de hacer las cosas de forma diferente. Levántese de la posición que tiene y empiece a hacer las cosas de una forma diferente. No podemos atender el llamado de Dios si seguimos haciendo las mismas cosas que hacemos siempre. Todos conocemos nuestros límites, sabemos hasta donde hemos llegado y hasta donde podemos llegar. En general es así. Usted se ha autoprogramado para poner límites. Usted debe ampliar su espacio, mover el sitio de su tienda, es ensancharse. Es necesario empezar a vivir en forma diferente. Hay que salir del marco. Hay que hacer cosas que no habíamos intentado hacer, atrevernos a dar un paso más del que siempre hemos hecho.
Dios ha prometido respaldar. Si usted es capaz de creer eso, llegó el momento de hacer las cosas que nunca se había atrevido a hacer.

Eso es responder al llamado de Dios.

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