Después de treinta años de estar en este ministerio, todavía sirvo con alegría y puedo enseñar a la gente los principios acerca de la palabra de Dios. Mi deseo es que disfruten cada día de sus vidas con Jesús y al mismo tiempo ofrecerles palabras de ánimo.
Dave y yo, siempre hemos tenido en nuestro corazón este llamado de ayudar a personas en cualquier forma que nos sea posible. Con las oraciones de amor y la ayuda de nuestros amigos y colaboradores, hemos podido tocar vidas en todas las partes del mundo. Aun así, continuamos viendo la cantidad de personas que rinden sus vidas y experimentan a Jesús y ven toda clase de cambios positivos. Hombres, mujeres y niños continúan siendo rescatados de toda clase de atadura. Por medio de las enseñanzas de la palabra de Dios, multitudes han sido guiadas y equipadas para poder servir al Señor poderosamente.
Pero hay mucho más por hacer. Todavía hay muchas personas que están separadas de Cristo que necesitan ser libres, y están hambrientas por conocer a Dios. Ahora es el tiempo que como cristianos nos levantemos y brillemos con el carácter de Cristo. Como creyentes hemos sido llamados a ser vasos llenos del amor y la misericordia de Dios. Para esto, tenemos que apoyarnos en la gracia de Dios, en Su sabiduría y en la fortaleza necesaria para seguir siendo Sus testigos en nuestra parte del mundo.
Yo creo que es el tiempo de recibir una visión fresca de la voluntad de Dios para nosotros en la tierra. Tenemos que recapturar la pasión y realizar la Gran Comisión e inclinar nuestra mente-misionera. No solamente pensar en lugares lejanos sino también donde estemos con personas que son parte de nuestra vida cotidiana. Ora al Señor por una nueva visión, una nueva pasión y que podamos crear nuevas ideas para cumplir la Gran Comisión en el mundo y alrededor nosotros.
Creemos que esa visión le ayudará a poder romper el molde anterior de cómo compartir el Evangelio y le dará estrategias radicales de cómo hacerlo. Así, podremos tocar al mundo con el amor sanador de Dios. Los ánimo para que cuando oren, que su oración a Dios sea inclinada y hecha con una mente-misionera. Haz tu decisión y sé parte de segar la gran cosecha de almas para Cristo—demostrando a Cristo en el campo del enemigo y así mismo hacer un impacto eterno en las almas de la gente que te rodea.
Mientras continúas en la búsqueda del Señor, ponte a Su disposición. El Señor hará posible que puedas ministrar con sabiduría y fortaleza a otros. Con la gracia de Dios y con la ayuda de amigos fieles como ustedes, Dave y yo queremos ayudar a más personas de las que hemos ayudo en el pasado, en los años venideros. Muchas gracias por hacer su parte en todo lo que hacemos.
Cumpliendo Su Comisión en el amor de Dios,
