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Cash Luna - Es Mas Facil Vivir En Santidad

M. Bravo
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El pecado complica la existencia, pero la vida en Cristo nos permite cosechar frutos de bendición. Decídete por lo bueno y justo.

Gálatas6:7 advierte: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

No nos engañemos para justificar nuestros errores. Los alcohólicos dicen que solamente se tomarán un traguito, pero saben que no es cierto. Cuando las mujeres van al centro comercial se engañan solitas y compran lo que ven y les gusta. El apóstol Pablo pide que no nos engañemos. Mucho de lo que has vivido es producto de tus propios engaños, solito te vendiste la idea de cometer ese pecado, te justificaste muy bien y metiste la pata. Pablo le dijo a Timoteo “cuídate de ti mismo”.

Dios no puede ser burlado o engañado. Hay personas que sí creen consciente o inconscientemente que pueden burlarse de Dios aún cuando la probabilidad es nula. Evadir la ley de la siembra y la cosecha es una forma de querer burlarse de Dios. Es un problema querer tener sin dar o intentar cosechar sin sembrar. Todo lo que siembres, cosecharás. La Escritura dice que no nos cansemos de hacer el bien porque a su tiempo segaremos. Si has hecho bien a tu gente, a tu país, empleados, ovejas y familia, no te preocupes, porque la cosecha llegará.

Es muy difícil ayudar a las personas porque se resisten. En la iglesia lo intentamos constantemente pero es como tratar de curar a un animalito, le quitamos la espina de una pata y con la otra nos patean. Los que no ayudan piensan que es fácil, pero se equivocan. Quienes ayudamos sabemos que esta Escritura es muy cierta porque es cansado estar pendiente de las personas, pero debemos ser constantes. No te desesperes, aguanta porque te lo garantizo, Dios no puede ser burlado. Soy positivo aunque esta ley generalmente se aplica de forma negativa. Si pierdes un examen te dicen “ya ver, siembras lo que cosechas” pero lo mismo deberían decir cuando te ganas una medalla de campeón.

Sigue haciendo el bien porque la respuesta vendrá.

Gálatas 6:6 habla sobre quienes comparten la palabra: El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.

Los que instruimos en la Palabra tenemos derecho a cosas buenas. Es también ley de siembra y cosecha. Quienes hablan mal de los hombres de Dios no conocen las Escrituras. Se critica a los pastores cuando son bendecidos pero no se dice nada de la Palabra, unción, cansancio, desvelo y dedicación que damos.

Ley de siembra y cosecha

1 Corintios 9:11 cuestiona: Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?

Esta ley es tan poderosa que conecta el mundo material con el espiritual. Pablo le decía a su gente que cada uno separara para Dios cada semana, según le haya prosperado. Esperaba tuvieran de la Palabra predicada porque lo material sale del mundo espiritual. Dios dijo a través de Jesús: “No pueden servir a Dios y a las riquezas porque amarán a uno y aborrecerán al otro, más buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia y todas estas cosas le serán dadas”. Así que lo material y espiritual está conectado.

Antes de entregar tu vida al Señor y te enfermabas, todos te decía que seguro te estaban haciendo brujería, te había “enfrascado”. ¿Ves que conectan lo físico con lo espiritual? Entonces, hacías todo lo que te aconsejaban: encendías candelas rojas y negras, ponías ocote y limón en cruz, incluso usabas la ropa interior al revés, todo con tal de obtener una respuesta. Lo que te faltaba descubrir era que ningún marido regresa con una mujer que usa la ropa al revés. Ahora te causa gracias porque sabes que el nombre de Jesús es más poderoso que toda la brujería junta. Nuestro mundo material se conecta con el mundo espiritual de Dios. Si no fuera así, no tendrías fe para creer que la oración, que es espiritual, puede sanarte y hacer desaparecer un tumor, que es material. La ley de la siembra y la cosecha es la más poderosa de interconexión entre esos dos mundos.

Gálatas 6:8 explica sobre la siembra: Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

La vida eterna es una cosecha. La ley de la siembra y la cosecha es un círculo que conecta el mundo material con el espiritual y el mundo temporal con el eterno. Al sembrar para la carne, eternamente cosechas muerte y corrupción. Al sembrar en el espíritu, eternamente cosechas vida eterna. Aprende a utilizar y aplicar esta ley.

La santidad no es complicada

Romanos 8:5-8 recuerda: Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

La Palabra habla de pensamientos que nos llevan a caminos y destinos. Pensar es ocupar la mente en algo. El que piensa en las cosas de la carne se ocupa en de ellas y cosecha corrupción y muerte. El que piensa en las cosas Espíritu, se ocupa en esas cosas y cosecha paz y vida eterna.

Gálatas 5:16-25 instruye sobre la vida en el Espíritu: Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

Todos tenemos deseos, lo importante es no satisfacerlos. Vivir en el Señor no es fácil, pero es más difícil vivir en el pecado. La santidad se logra cuando renuncias a satisfacer los deseos de la carne. Es natural que a un hombre le gusten las mujeres. Si pasa una mujer muy guapa, un cristiano la ve pero no la sigue con la mirada permitiéndose pensamientos impuros, eso es negarse a la carne y vivir en el Espíritu.

Algunos que leen el listado de manifestaciones de la carne podrían decir: ¡lotería! Porque los comenten todos. A todos nos da hambre, pero no todos la satisfacemos de la misma forma, algunos comen sano, otros no; todos nos cansamos, pero cada quien busca diferente forma de descansar; todos tenemos preocupaciones pero no todos actuamos de la misma forma.

Es más fácil ser santo. Por ejemplo, los que mienten se complican la vida, debes tener buena memoria para decir siempre lo mismo. Es complicado mentir sin ser descubierto. Lo mismo sucede con el adulterio, es un constante desafío, primero buscar a una pareja, luego escaparse, tener el cuidado de no dejar rastros en las tarjetas de crédito, el celular o el mail, ¡además de costoso es estresante! Hacer negocios ilícitos no sólo es arriesgado sino también vergonzoso cuando te descubren. Ya verás a qué lugar tan cómodo y bonito irás a parar cuando aceptes o des sobornos. Ser borracho o drogadicto tampoco es fácil. Los jóvenes tienen que tomar a escondidas, deben mentir a sus padres y luego lidiar con la resaca que los pone en evidencia o aguantar los reclamos de lo que hicieron porque no recuerdan nada. Un alcohólico tampoco vive en un lecho de rosas cuando destruye su hogar, se queda sin trabajo y sin amigos. Aquellos que ven pornografía también tienen que andarse con cuidado para que no los descubran.

Es más sencillo ser santo que vivir en fornicación y tener hijos con cada mujer, manteniendo a varias familias, sin paz ni tranquilidad. Al cielo van solamente los inteligentes. Qué complicada es la vida de pecado, por el contrario, es tan sabroso vivir en santidad.

Por el contrario, todos los frutos del Espíritu son agradables y no hay ley que los prohíba. Si logras entender esto, cambiarás de actitud y serás más feliz. En los exámenes es complicado hacer trampa, lo mejor es estudiar para no tener que andar con la pena de ser descubierto y castigado. Para las jovencitas es más fácil pararle la mano al novio que vivir la vergüenza y la deshonra.

Dios es tan hermoso que a los pecadores les deja vivir un “pre-infierno” para que tengan oportunidad de pensarlo mejor y evitar el infierno eterno. El adúltero, alcohólico o drogadicto que sufren las consecuencias de sus actos, no querrán vivir el tormento que les espera en el infierno si continúan pecando. Sé inteligente y no peques más. Nadie que ha pecado gana al final.

Piénsalo, cuando pecaste te fue mal, mejor busca la santidad. El pecado es destructor y te hace enemigo de Dios. Si es difícil pelear contra Satanás, imagina lo terrible que es pelear contra Dios que tiene todo el poder para vencer incluso al mismo diablo. Hay que estar del lado de la santidad porque Dios está contigo. Es preferible tener al diablo de enemigo porque sabemos cómo vencerlo.

Los peores problemas son causa del pecado. No te compliques, es más fácil vivir en el Señor. Búscale, reconcíliate con Dios que no puede ser burlado. Toma le mejor decisión, renuévate y anhela la santidad para poder sembrar y cosechar.

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